Espíritus Inquietos
En la década de 1970, una modesta casa en Enfield, un suburbio al norte de Londres, se convirtió en el centro de atención mundial debido a una serie de eventos inexplicables que desafiaron toda explicación lógica y racional. Lo que comenzó como fenómenos aparentemente menores pronto se convirtió en una historia de actividad paranormal que cautivó la imaginación del público y desconcertó a los investigadores.
La casa, ubicada en Green Street, era el hogar de Peggy Hodgson y sus cuatro hijos: Margaret, de 12 años, Janet, de 11, Johnny, de 10, y Billy, de 7. En agosto de 1977, Peggy comenzó a notar extraños ruidos que provenían de la habitación de sus hijos. Al principio, atribuyó los sonidos a la imaginación de los niños o a causas naturales, pero pronto se hizo evidente que algo más estaba ocurriendo.
Los ruidos se intensificaron con el tiempo, convirtiéndose en golpes fuertes, rasguños en las paredes y muebles moviéndose por sí solos. Los Hodgson también afirmaron escuchar voces extrañas y ver objetos levitando en el aire sin explicación. La actividad paranormal parecía estar centrada principalmente alrededor de Janet, la hija de 11 años, quien aparentemente era el foco de la entidad invisible que habitaba la casa.
La familia Hodgson
Los informes sobre la actividad paranormal en la casa de Enfield atrajeron la atención de los medios de comunicación locales y, eventualmente, del mundo entero. Los investigadores paranormales, incluido el conocido equipo de la Sociedad para la Investigación Psíquica (SPR, por sus siglas en inglés), visitaron la casa para investigar los fenómenos. Lo que presenciaron desconcertó incluso a los escépticos más acérrimos.
Durante las investigaciones, se registraron numerosos eventos inexplicables, incluidos objetos que se movían por sí solos, muebles que vibraban y levitaban, y la voz gutural y amenazante que emitía Janet, aparentemente poseída por la entidad. Las fotografías y grabaciones de audio tomadas durante las investigaciones capturaron algunos de estos fenómenos, proporcionando pruebas tangibles de la actividad paranormal.
Uno de los incidentes más notorios durante el caso de Enfield fue cuando Janet Hodgson, bajo supuesta influencia paranormal, afirmó ser el espíritu del fallecido Bill Wilkins, un hombre que había muerto en la casa años antes. Según Janet, Wilkins había muerto en la casa después de sufrir un derrame cerebral en su silla favorita en la sala de estar. Durante una sesión de grabación, la voz de Janet cambió y habló en un tono más profundo y masculino, afirmando ser Wilkins y describiendo detalles íntimos de su vida y muerte.
El caso de Enfield se prolongó durante varios años, atrayendo la atención de expertos en paranormal, periodistas y curiosos por igual. Aunque hubo quienes cuestionaron la autenticidad de los fenómenos y sugirieron que todo el evento podría haber sido un engaño elaborado, muchos de los investigadores involucrados en el caso, incluidos los miembros de la SPR, concluyeron que había una base genuina de actividad paranormal en la casa de Enfield.
Después de años de intensa actividad paranormal, la actividad en la casa de Enfield finalmente comenzó a disminuir a mediados de la década de 1980. Los Hodgson eventualmente dejaron la casa y se mudaron a otro lugar, dejando atrás una historia que aún desconcierta a aquellos que la han estudiado. Aunque el caso de Enfield ha sido objeto de debate y controversia, para muchos sigue siendo uno de los casos más intrigantes y convincentes de actividad paranormal documentada en la historia moderna.
El Poltergeist de Enfield