¿Volar o hacer volar la imaginación?
Levitación de Daniel Dunglas Home en 1868, el vuelo del escocés
La segunda mitad del siglo XIX, después de que las hermanas Fox diesen carta de identidad al espiritismo y se extendiese como la pólvora por todo el planeta, fue un período de gran interés por esta doctrina y otros fenómenos paranormales.
Concretamente en Europa, miembros destacados de la élite, como Marie Curie o León Tolstoi, fueron algunos de los intelectuales que se interesaron por las sesiones de médium en las que buscaban contactar con algún espíritu.
En este contexto de fiebre desmesurada por el espiritismo tenemos a Daniel Dunglas Home, quien el 13 de diciembre de 1868, en presencia de un reducido número de lords británicos, levitó... o eso se afirma.
Este vuelo de Daniel fue el evento más relevante de su carrera como médium y tras el que adquirió fama mundial.
¿Quién fue Daniel Dunglas Home?
Daniel Dunglas Home nació en Currie, Escocia, el 20 de marzo de 1833. Desde muy pequeño se le atribuyeron experiencias paranormales como la telepatía. A los 19 años, tras la muerte de su madre, comenzó a realizar sesiones de espiritismo donde manifestaba su capacidad para levitar, mover objetos de un lado a otro, producir ectoplasma y comunicarse con el más allá.
Daniel fue de salud frágil, sufrió tuberculosis y durante toda su vida luchó contra las secuelas derivadas de esta enfermedad.
Daniel se mudó a Londres en 1855 y rápidamente ganó fama como médium. Sus sesiones atraían a figuras prominentes de la época, como el emperador Napoleón III y el científico William Crookes. Este último se convirtió en defensor del espiritismo tras estudiar a Daniel durante dos décadas y no encontrar fallos en sus "actuaciones". Sin embargo, las habilidades de Daniel también generaban controversia, con escépticos que le acusaban de fraude.
Daniel fue uno de los grandes médium de su época, principalmente por el hecho que nunca se le encontró ninguna trampa ni se demostró ningún fraude en ninguno de sus actos. Sin embargo la polémica siempre le acompañó.
Una de las grandes fechas marcadas en la historia de Daniel Dunglas Home fue el 13 de diciembre de 1868. Aquel día levitó.
En la tarde del 13 de diciembre de 1868, en el tercer piso de una casa señorial de Londres se reunieron lord Adare, lord Lindsay y el capitán Charles Bradstreet Wynne con el propio Daniel Dunglas Home.
Estas tres personalidades invitadas a la sesión, caballeros de la Corona británica, eran de las personas más representativas de la sociedad en aquel entonces. Y ellos también querían asistir a una sesión de Daniel, en este caso para verle levitar.
Daniel les reunión varias horas antes del momento cumbre en el que levitaría. Y es que a Daniel le gustaba preparar sus sesiones con tiempo. Era un artista y quería dar espectáculo. De esta manera el médium juntó a las tres personalidades con tiempo suficiente para prepararles ante lo que iban a contemplar en unos momentos.
Y es que unas tres semanas antes de la esperada sesión de levitación del 13 de diciembre de 1868, lord Adare, que era íntimo amigo de Daniel, ya había sido convocado por el propio Daniel para enseñarle cómo levitaba.
Era algo así como un entrenamiento. Además serviría para que Adare quedase convencido de haber visto una levitación real y aportarse veracidad para confirmar la asistencia de los otros dos caballeros a la importante sesión.
En aquella ocasión previa, Daniel citó a Adare en una sala oscura en la que levitaría. La sesión comenzó y Daniel levitó. Al menos eso afirmó Adare, basándose en que tocó un pie de Daniel que se encontraba a una altura superior a la del suelo.
Adare quedó convencido de la levitación de Daniel, por lo que él y sus acompañantes fueron convencido a la sesión del 13 de diciembre de 1868.
La hora de la verdad: levitación de Daniel Dunglas Home
Volviendo al 13 de diciembre de 1868, Adre había contado a Lindsay y a Wynne que Daniel levitaba. Él lo había visto con sus propios ojos, o al menos lo había notado al tocarle un pie por encima del suelo en una habitación oscura. De esta manera todos estaban ansiosos por verlo.
En este punto es importante reseñar que Daniel siempre exhibía sus habilidades ante grupos pequeños y, en esta ocasión, también lo haría en una habitación totalmente oscura sin luz alguna.
Fue bien entrada la noche del 13 de diciembre de 1868 cuando, alrededor de una mesa, los tres caballeros se sentaron tomándose de las manos y... según el relato de Adare un tiempo después, Daniel comenzó a elevarse sobre la mesa y a flotar por la habitación.
Realmente es un misterio cómo Adare aseguró que Daniel levitó teniendo en cuenta la oscuridad de la habitación. Sin embargo Adare también añadió a su relato que Daniel hablaba durante su peculiar vuelo diciendo "no tengáis miedo y que nadie se mueva de su sitio".
Volando de una ventana a otra
En plena levitación, Daniel se puso en posición horizontal y salió por la ventana de la habitación del tercer piso en la que se encontraban.
Daniel permaneció fuera de la habitación, en posición horizontal, alrededor de dos minutos.
Seguidamente descendió hasta la altura de la ventana del segundo piso. Allí, aún en horizontal, golpeó con los pies en la ventana. Estos golpes fueron escuchados por un miembro del servicio de la casa, quien abrió la ventana y Daniel pudo entrar en la misma posición horizontal en la que había salido minutos antes desde el piso superior.
Posteriormente Daniel subió al tercer piso, esta vez por dentro de la casa, hasta la habitación en la que estaban los tres caballeros.
Repetición del vuelo
Una vez con Daniel de nuevo en la habitación, a los tres caballeros hubo algo que no les convenció. La ventana del piso inferior era demasiado pequeña como para que Daniel hubiese entrado por ella.
La ventana no llegaba al metro de altura, sin embargo la posición horizontal de Daniel le habría permitido entrar por ella.
Algo incrédulos, los caballeros pidieron a Daniel si podía repetir el "número", pero empezando desde la habitación inferior y entrando por fuera a la habitación superior. No hubo problema.
Daniel, desde el segundo piso, repitió lo mismo pero a la inversa. Se puso en posición horizontal, salió por la ventana del segundo piso, ascendió hasta el tercer piso, y entró a la habitación donde le esperaban sus tres espectadores.
Representación de la supuesta levitaciónde de Daniel
Una vez dentro en el tercer piso, Daniel recobró su posición natural y, antes de sentarse y entre risas, dijo "habéis sido buenos". El capitán Wynne le pregunto por qué se reía, a lo que Daniel respondió... "es lo que habría dicho cualquier policía si me hubiese visto volando pegado a la pared".
La respuesta fue desconcertante. Y ahí acabó la "función".
Versión alternativa al vuelo de Daniel Dunglas Home
Un libro de Francis Cowley Burnand publicado en 1905 y titulado "Records and Reminiscences, Personl and General", narra una segunda versión de lo que ocurrió el día del vuelo de Daniel Dunglas Home.
Según Burnand, lord Adare le contó que no fue Daniel el que se movía de una habitación a otra. Los que se movían eran realmente los tres invitados a la sesión. Daniel siempre permanecía en el tercer piso y eran los tres asistentes quienes se movían entre el tercer y segundo piso.
También afirma que durante la supuesta levitación, se escuchaban golpes en la ventana. Eran de Daniel, que estaba sobre la cornisa de la ventana. Al escuchar los golpes, Adare abría la ventana y Daniel entraba a la habitación. Esto sería algo más lógico que la versión anterior, en la que Daniel llamaba a la ventana con los pies mientras levitaba y le abría un miembro del servicio de la casa.
Preguntas sin respuestas sobre la levitación de Daniel
De una manera u otra, aquella noche del 13 de diciembre de 1868 nadie vio levitar a Daniel Dunglas Home (tampoco Adare en su sesión previa). Lo único que habrían visto desde la oscura habitación es a Daniel subido a la cornisa de la ventana.
Si los asistentes afirmaron que Daniel voló, hubiese dependido únicamente en creer en la palabra del propio Daniel y en la imposibilidad de pasar de una ventana a otra si no es volando.
Así las cosas, son varias las preguntas a las que nadie parece tener una respuesta clara de aquella sesión. Las más dos más importantes son...
¿Por qué las levitaciones de Daniel requerían una habitación totalmente oscura? ¿Por qué Daniel pidió a sus invitados que no se movieran de sus sitios?
Con un tono irónico, se ha llegado a decir que a los espíritus que guiaban a Daniel en su vuelo les incomodaba la luz. Y que la preocupación máxima de esos espíritus era la iluminación y no que cualquiera que pasase por la calle hubiese visto a un hombre flotar en posición horizontal desde un piso a otro.
La levitación de Home
Rating